El Colegio
Estadounidense de Cardiología (American
College of Cardiology) y la Asociación Estadounidense del Corazón (American Heart Association) publicaron
en noviembre de 2017 la guía para la prevención, detección, evaluación ytratamiento de la hipertensión arterial (HTA) en adultos; que supone un cambio
sustancial en la definición de la Hipertensión desde 2004,
En primer lugar, se
destaca algunas cifras sobre la elaboración de esta guía para entender la
magnitud del trabajo que hay detrás:
- 21 autores de 9 organizaciones.
- 38 supervisores del documento.
- Revisión de más de 900 estudios.
- Un documento final con: 481 páginas, 15 secciones y 106 recomendaciones.
Como se expresó al
inicio, la guía incluye una nueva definición de hipertensión y aquí es donde empieza
la polémica al respecto de dónde están los límites, olvídense de que
hipertensión era tener más de 140/90 mmHg, olvídense de eso llamado prehipertensión,
las nuevas definiciones son las siguientes:
- Tensión arterial (TA) normal: < 120/< 80 mmHg.
- Tensión arterial elevada TAS ≥ 120 mmHg y TAD < 80 mmHg.
- Hipertensión estadio 1: TAS ≥ 130 mmHg o TAD ≥ 80 mmHg.
- Hipertensión estadio 2: TAS ≥ 140 mmHg o TAD ≥ 90 mmHg.
Esto ha levantado una polvareda desde el primer minuto, ya que implica
que a día de hoy unos 100 millones de estadounidenses pasaron a ser hipertensos
(la mitad de la población adulta), lo que supone un incremento del 14 %
respecto a lo estimado con los límites de JNC7.
Se espera que el impacto de las
nuevas guías sea mayor entre los jóvenes. Además, que la prevalencia de
hipertensión se triplique entre los hombres menores de 45 años, y se duplique entre
las mujeres menores de 45.
La guía subraya la importancia de la
monitorización de la presión arterial en el hogar mediante dispositivos
validados y la formación adecuada de los profesionales sanitarios, para revelar
la "hipertensión de la bata blanca", que se produce cuando la presión
se eleva en un entorno médico, pero no en la vida cotidiana. Las lecturas en el
hogar también pueden identificar la "hipertensión enmascarada",
cuando la presión es normal en un entorno médico pero elevada en el hogar, lo
que requiere tratamiento con hábitos de vida y posiblemente medicamentos.
Otros cambios en la nueva guía
incluyen:
·
Solo recetar medicación para la
hipertensión de Etapa I si un paciente ya ha tenido un evento cardiovascular
como un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular, o tiene un alto riesgo
de sufrir un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular en base a la edad,
la presencia de diabetes mellitus, enfermedad renal crónica o el cálculo
del riesgo ateroesclerótico (utilizando la misma calculadora de riesgo utilizada
para evaluar el colesterol alto).
·
Reconocer que muchas personas necesitarán
dos o más tipos de medicamentos para controlar su presión arterial, y que las
personas pueden tomar sus pastillas de forma más consistente si se combinan
varios medicamentos en una única pastilla.
·
Identificar el estado socioeconómico y el
estrés psicosocial como factores de riesgo para la hipertensión arterial que
deberían considerarse en el plan de atención del paciente.
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